1. Evaluación visual y prescripción de las Ayudas Ópticas:
Este examen lo realiza un optómetra especializado en Baja Visión, una vez el Oftalmólogo a finalizado su tratamiento médico – quirúrgico se evalúa la parte funcional.
Agudeza Visual de lejos y de cerca.
Campo visual central.
Prueba de colores.
Sensibilidad al contraste.
Se determina la capacidad visual y las zonas de mejor visión en el campo visual para aprovecharlas, se determina las necesidades del paciente y con base a todo lo anterior se establece cual será la mejor ayuda óptica o no óptica que se va a prescribir.
2. Entrenamiento con las Ayudas Ópticas:
Una vez prescrita la ayuda se procede a que el paciente aprenda a manejarla en cuanto distancia de trabajo, iluminación, postura, etc. Es decir, que la sepa manejarla en sus actividades diarias.
Esta parte es tal vez la más importante, pues si el paciente no aprende correctamente a pesar de obtener una muy buena visión, él o ella podrán desistir en su uso.
3. Cuál es el objetivo final
Lograr que el paciente aproveche el potencial visual que tiene de la manera más eficiente.
4. Entrenamiento en Orientación y Movilidad:
Muchas veces el paciente a pesar de tener una buena visión con la ayuda se siente insegura al salir a la calle, al parque o a lugares desconocidos, para esto con una rehabilitación por parte de la experta en el área de Terapia Ocupacional especialista en Baja Visión, le enseñara al paciente las técnicas para lograr independencia, autonomía y seguridad en sus desplazamientos.
Así mismo, se le puede enseñar técnicas para el comer, vestirse, ordenar el dinero, higiene, que aunque parecen actividades sencillas, por la limitación visual estas se desarrollan con dificultad, estas actividades las realizamos generalmente en el entorno en el que se desenvuelve el paciente.
5. Controles posteriores:
Es de vital importancia realizar estos controles, pues los necesidades del paciente van cambiando y por ende el tipo de Ayuda Óptica también.